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¿Cuál es la situación en el Estado de Colombia?

"Nuestro propósito, en este caso, es recobrar la dignidad, la dignidad que nos han quitado y nos han arrebatado […] Por todas esas madres que el día de ayer no pudieron celebrar su día al lado de sus hijos, por toda esa cantidad de personas que han fallecido por su manera y forma de pensar. Que el pensar diferente no nos cueste la vida"

Son ya 12 días. 12 días en los que el pueblo de Colombia ha sido asesinado, secuestrado y violado por defender su dignidad. 12 días en los que han sido asesinadas 47 personas. 12 días en las que han sido violadas 12 manifestantes, 12 días en las que han desaparecido mas de 540 personas, 12 días que sólo son una continuación de lo que ya había.


28 de abril: primer día de Paro Nacional. El pueblo de Colombia rechaza la reforma tributaria anunciada por el gobierno ultraderechista de Duque. Con la denominada “Ley de solidaridad sostenible” el gobierno colombiano pretendía recaudar 25 billones de pesos a costa de la ciudadanía. Como viene siendo habitual con el neoliberalismo, tan solo el 26% de lo recaudado saldría del bolsillo del empresario y el capitalista, mientras tanto, la ciudadanía y el campesinado se verían obligados a empeorar sus condiciones de vida.


El gobierno, ante los abusos y asesinatos policiales sucedidos durante el Paro Nacional, se lava las manos, o, en el mejor de los casos, los justifica bajo la idea de que los manifestantes son terroristas, delincuentes, o guerrilleros. La respuesta es clara: “no nos representan ni los del ELN, ni guerrillas, ni FARC, ni nada de eso, porque ellos son la misma mierda […] porque ellos también han violado, han masacrado pueblos. El pueblo no quiere ni de un lado, ni del otro. Los del ELN son terroristas que lo único que hacen es desmitificar lo que en realidad nosotros queremos: nosotros como pueblo solo queremos la paz, no queremos que nos sigan quitando más personas que amamos”

Sin embargo, la situación que ahora se está viviendo no solo está motivada por la reforma fiscal. Así nos lo comenta un compañero de Banderas Negras, desde Medellín explica: “Es muchísimo más que la reforma […] La gente está marchando porque la ley 100 dejó a muchísimas personas afectadas; la reforma tributaría es totalmente inviable porque más de la media poblacional perdió sus empleos, la gran mayoría son personas que trabajan del diario; la cantidad exacerbante de lideres sociales que han fallecido; las violaciones por parte del Estado frente a la Reforma Agraria que lo que hace es apoyar más a las grandes potencias mientras la comida acá se está pudriendo; la distribución errónea de los recursos, pues por ejemplo acá le están invirtiendo más a defensa que a salud, que a educación; con el tema del COVID acá estamos jodidos, digamos que la región que más golpeada está es el Chocó porque todo el dinero se lo tragan, se lo roban, y las personas no tienen un lugar donde se puedan revisar. Básicamente llevamos cien años, sin lugar a duda, aguantando y aguantado, sí, ha habido protestas en cien años pero acá el mayor temor son los paras: hay mucho paramilitar en Colombia, demasiado.


Yo se que los jóvenes son el cambio en esté país, pero acá los jóvenes no tienen las herramientas para mantener una guerra con personas que han sido exmilitares […] nosotros acá estamos luchando con las uñas […] Adicional, Colombia, en temas de desempleo, ha aumentado exponencialmente; y digamos también que el ministro de hacienda, que es el señor Carrasquilla, el tipo es el más corrupto, con los bonos carrasquilla dejó a muchísimas familias en la bancarrota y en crisis…”

Sobran, por tanto, las razones por las que protestar, pero cuando protestas, te matan. El gobierno está reprimiendo, y lo está haciendo con especial brutalidad en la ciudad militarizada de Cali, desde allí un compañero que gestiona uno de los puntos de resistencia en las manifestaciones nos comenta:


"Luego de ver qué en Cali todo estaba tan descontrolado enviaron al Coronel Zapateiro a tomar el orden de la cuidad, este Coronel ha sido acusado de delitos mayores, pero en Colombia la justicia es nula. Desde ese día todo se volvió una masacre, tenían derecho a limpiar la cuidad y a matar al que sea. En Buga llegaron con helicópteros disparando, los del Esmad atacando con las armas anti disturbios y la policía entre calle reprimiendo a la gente. Acá en Cali ya no nos atacaban con las armas comunes, nos disparaban con armas de fuego y hubieron muchos heridos.


Comenzó a desaparecer la gente, los muchachos preferían que los atendieran en los puntos de apoyo antes de subir a una ambulancia, el gobierno cobra 10 millones de pesos al país por cada muerto por bala en las manifestaciones, la gente siguió saliendo y todo se puso peor.


Entre más el pueblo se manifiesta, más represión envían. Ahora se trata de que infiltrados de la policía, están de civil y disparan a los manifestantes, también las personas de los estratos altos se han unido porque no quieren parar más, los llamados "uribistas“, acá les decimos "gente de bien“, y se han tomado también las calles en contra del paro, también armados y apoyados por el ejército nacional, ya no solo peleamos con el gobierno, también con los propios habitantes"

Entre las razones por las que salir a la calle en Colombia nos encontramos también con la cuestión indígena. Las protestas, en este sentido, también tienen un marcado eje étnico y racial. Sin ir más lejos, el pasado domingo (9 de abril) Cali fue testigo de un duro ataque hacia la comunidad indígena. Paramilitares y civiles armados decidieron atacar con fuego real un corte de carretera. Hasta el momento, el Consejo Regional Indígena del Cauca reporta 8 comuneros heridos. John Jairo Hoyos, representante de la cámara, cita a un manifestante indígena en la explicación de lo sucedido:


“Mire, señor, nosotros venidos desde la Universidad del Valle porque un consejero indígena se encuentra atrapado en el puente de La Viga y nos llamó pidiendo auxilio. Desde que salimos hemos tenido obstáculos; primero, nos levantaron a bala en el rompoi de Ciudad Jardín. Logramos pasar y al llegar de nuevo a este punto, volvieron a atacarnos con balas. Tenemos personas heridas, pero nosotros no queremos inconvenientes. Ya el consejero pudo salir y nosotros vamos a retirarnos”


El compañero que gestiona uno de los puntos de resistencia en Cali nos lo relata de la siguiente manera: “La Minga, un resguardo de indígenas, vinieron a apoyar y los atacaron, los de derechos humanos vinieron a apoyar y los atacaron, la ONU igual, la atención médica igual, se cansaron, se van, sus vidas valen más, acá no tenemos garantías, hasta las personas que ayudamos a los insumos y ayudas comunitarias nos están vigilando.


Nos están de censurando y nadie sabe nada, nos están matando y no quieren que nadie lo sepa, Cali no duerme, tiene miedo y está en tensión, las noticas solo son violencia y los medios nacionales obvio muestran otra cara de esto, todo es muy fuerte muy triste, aún que presidente no se pronuncia frente a todo esto, solo envía más represión”

Más allá de Cali, Medellín y Bogotá la situación no es mucho mejor, aunque sí menos virulenta, desde Santa Marta, un compañero nos relata lo siguiente: “La ciudad de Santa Marta, ubicada en la costa caribe colombiana, se ha sumado activamente al grueso de manifestaciones que hoy desborda el país. Si bien la dinámica de articulación nacional fue lo que convocó al gran llamado de movilizarnos desde el 28 de abril, también se ha evidenciado que hay una serie de problemas estructurales propios de la ciudad que responden al orden local y nacional, por ende estas movilizaciones están nutridas de inconformidades de antaño que no están siendo leídas por algunos dirigentes del paro.


Muy seguramente esto también sucede en otras ciudades del país, venimos de una década bastante movida de paros nacionales, desde el 2011 con la MANE y la reforma a la ley 30, y el paro actual parece darse en medio de un cúmulo de incumplimientos por parte de los gobiernos de turno que hoy nos muestra un país frágil y desconfiado de sus instituciones.

Las movilizaciones en la ciudad se han dado con algunos episodios de vandalismo, ocasionado por personas ajenas a quienes convocan, lideran o dinamizan las marchas, esto ha sido la excusa perfecta para tildar a la movilización en la ciudad.


La única garantía es contar con un gobernador departamental que se suscribe en el espectro político de izquierda, por lo cual desde las FFMM y la Policía Nacional, se ha generado un espacio de diálogo cordial que permita evitar que la situación se salga de control.


Por último, es difícil proyectar que va a pasar en el país, la inconformidad social es grande y esto podrá mantenerse durante varios días más, quizás semanas. Que suceda justo a un año de elecciones puede ser un augurio sobre lo determinante que serán las posiciones que se han asumido hasta ahora en el paro. El gobierno de turno y su partido político están exponiendo su verdadero talante, y el pueblo, aburrido de años de desgobierno en el territorio, también lo está haciendo."

En cuanto a los datos concretos de la violencia policial y estatal a nivel nacional, Temblores ONG junto con indepaz publicaban la siguiente información: “Ha sido posible determinar las siguientes modalidades de agresión con respecto del total de casos de violencia homicida: 34 se dieron por arma de fuego, 2 arrollados con tanqueta del ESMAD. 2 por gases lacrimógenos y 3 con arma blanca (6 casos sin información)”


De la misma manera Temblores y indepaz especifican los siguientes datos:

  • 47 homicidios.

  • 1876 casos de violencia por parte de las fuerzas armadas.

  • 12 abusos sexuales a manifestantes.

  • 540 desapariciones.

  • 963 detenciones arbitrarias.

  • 278 agresiones policiales.

Ante semejantes cifras la respuesta es clara, desde Banderas Negras responden: "Es necesario que los medios se den cuenta que no somos terroristas. Somos el pueblo peleando contra un estado paramilitar, corrupto y narco"

Este artículo ha sido posible gracias a la colaboración de Banderas Negras Colombia, a la información aportada por distintas personas desde Cali, Medellín y Santa Marta, y al registró fotográfico del colectivo de primera línea HorroroXXa Crew.






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