[Este artículo contiene una muestra de odio explícito]
Ya lo hemos dicho en otras ocasiones: la equidistancia con respecto al opresor solo beneficia al que oprime. Es por eso por lo que no nos callamos. La nbfobia es una de esas opresiones ante las que no debemos, ni podemos, guardar silencio. Los opresores (que siempre tienen una excusa) se escudan debajo de una simplista y falaz defensa del lenguaje para negar la existencia de las personas nb (no binaries). Ignorando la “naturaleza” social y dinámica del lenguaje estos opresores, abanderados del correctísimo ortográfico, buscan la eliminación de aquellas disidencias que no cuadran con su visión, construida como todas, del sistema de sexo-género. El lenguaje es una excusa, un instrumento, por eso ni siquiera buscan reflexionar correcta y profundamente sobre él. El verdadero objetivo de estas personas es la eliminación de toda disidencia que no encaje en sus modelos de lectura de la realidad. Ignoran a quién beneficia la reproducción del sistema de sexo-género binario y separan esta cuestión de la estructura social y productiva a la que está intrínsecamente unido.
Hoy en La Revoltosa publicamos las palabras de una persona nb que ha sido amenazada desde el anonimato de las redes sociales. Sólo denunciamos un caso más de nbfobia. Son cientos los que ocurren. Por eso estas palabras previas:
“Lo cierto, es que hoy en día tenemos miedo, tenemos miedo a vestir por la calle con ropa que no se corresponde a nuestro sexo biologico, tenemos miedo a hablar y comportarnos como somos algunes de nostres (con pluma), tenemos miedo de decir abiertamente que somos no binaries por lo que nos pueda pasar e incluso tenemos miedo de hablar con nuestros propios pronombres neutros. Pero es hora de convertir este miedo en rabia, este es uno de entre los muchos casos de nbfobia que ocurren a diario, esto es lo que tenemos que sufrir las personas nb cada vez que nos atrevemos a decir abiertamente cuál es nuestro género.
Ha llegado la hora de dejar de guardar silencio, ha llegado la hora de abandonar ese discurso que adoptan muchos grupos reaccionarios de ignorar a nuestros agresores, de dejar pasar los insultos que poco a poco nos van comiendo desde dentro. La revolución Queer es más necesaria en nuestro territorio de lo que lo ha sido jamás, es hora de que no volvamos a permitir que se rían de nosotres cada vez que hablamos en neutro o decimos que somos nb. Ha llegado la hora de dar una patada al binarismo y destruirlo para hacer ver que existimos y que no nos van a callar y que, aún menos, nos van a hacer desaparecer.
¡SE ACABARON LOS INSULTOS Y LOS MIEDOS COMPAÑERES! ¡SE ACABARON LAS TERF Y LOS MACHIRULOS! DECLAREMOS LA GUERRA AL CISTEMA.”
Dicho esto mostramos y denunciamos un ejemplo de la nbfobia de la que hablaba nuestro compañere. Que esto sirva de ejemplo, de muestra de lo que las personas nb deben de soportar día a día y que, en más ocasiones de las soportables, se transforma y convierte en una violencia física y sexual fatal. El problema del odio no es un problema de cantidad sino del cualidad. Un problema frente al cual no cabe el silencio. Un problema contra el que conjuntamente debemos de luchar.